lunes, 25 de agosto de 2008

Una desconocida en una nueva jungla 2


Despertó impaciente por saber cómo sería su día, que más cosas descubriría sobre su nueva ciudad, sobre sus vecinos, la rutina de la ciudad... Tendría que buscar un trabajo y un piso decente donde vivir, aquel hotelucho no le serviría por mucho tiempo.
Se duchó y emprendió un largo viaje por la ciudad, fue a investigar cosas que le pudiesen interesar, se sentó en el mismo parque que días atrás y volvió a observar a la gente, se fijó en todos los ancianos que recorrían el parque en grupos, solos, que se sentaban a dar de comer a los patos. Cuando se cansó de observarlos se levantó y fue a una cafetería.
Cogió un periódico y lo ojeó. Se terminó el café y fue hasta el quiosco más cercano, compró un par de periódicos y volvió al parque. Se acomodó en el tronco de un árbol, cogió un bolígrafo que siempre llevaba en el bolso y rodeó las ofertas de empleo que podían interesarle. Se dirigió a un quiosquito pequeño que había cerca del parque, donde había una oferta de empleo. Entró por la puerta del quiosco y vió a un anciano sentado en una silla detrás del mostrador.
- ¿Puedo ayudarle en algo señorita?
- Sí, venía por la oferta de empleo que hay en el periódico.
- ¿Cuándo puedes empezar?
- Cuando usted quiera.
- Mañana a las 9 la espero aquí, ahora le explicaré como funciona mi pequeño negocio. Deberá intuir que los clientes que vienen aquí suelen ser habituales, viejos como yo que me conocen desde que abrí el negocio y jóvenes a los que conozco desde que nacieron, así que trátelos bien, con educación y si hace falta deles conversación, ¿entendido?
- Sí señor.
Elya se fue tranquila hacía su hotel, se tumbó en la cama satisfecha después de todo un día paseando por la ciudad, sentada en el parque buscando trabajo, y encontrándolo. Debía descansar para afrontar con seguridad su primer día de trabajo en Londres.

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